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ARTÍCULOS

1.- Itinerarios culturales. Arquitectura Tradicional Marzo 2015. IPCE
2.- Entrevista DM. 10 Agosto 2014
3.- Los arquitectos y el frente marítimo de Santander.
4.- Historia de la fachada fluvial de Madrid y el proyecto Madrid-Río.
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ITINERARIOS CULTURALES por RIOS Y COSTAS

Jornadas Plan Nacional de Arquitectura Tradicional IPCE

ASOCIACIÓN PARA LA CONSERVACION DE LA ARQUITECTURA TRADICIONAL.Tajamar
Luis Azurmendi. Arquitecto


1.    DEFINICIÓN DEL PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO HIDRÁULICO

Existe en el litoral marino y en los ríos un importante patrimonio cultural caracterizado por la utilización tradicional del agua como fuente de energía.
Se trata, entre otros, de molinos para moler productos y obtener harinas, afinar la sal, o barrenar armas; almazaras hidráulicas para obtener aceites; batanes para enfurtir lanas o fabricar papel; ferrerias de horno bajo para herramientas de trabajo para tareas agrícolas o de la mar como las anclas; hornos altos para fundición de grande piezas, como cañones; norias y otros artificios para regadío; pesquerías, viveros, cetáreas y tantos otros que acompañaron la vida cotidiana de los pueblos

2.    LA INVENCIÓN
La aparición de ingenios en lugares diferentes pueden tener su explicación en:
2.1.    Aparición expontánea en lugares sin conexión alguna donde se dieron necesidades y circunstancias similares
2.2.       Por distribución entre los pueblos como los movimientos migratorios  causa importante de las trasferencias de tecnología de oficios entre las regiones como fueron los maestros canteros de Trasmiera que emigran al  Escorial o a Lisboa, los ferrones y carboneros vascos que se desplazan a lo largo de la cordillera cantábrica asi como otros oficios como doradores o campaneros

3. CONDICIONES PARA SU DISEÑO LOCALIZACIÓN Y TIPOLOGÍA. 
3.1.- el entorno medioambiental .
Las variaciones  de las condiciones medioambientales, provocan la aparición de tipos diferentes de máquinas o edificios.
Sin embargo otras condiciones justificaran que usos o instalaciones no dependan exclusivamente del medio ambiente Caro Baroja advirtió que “El hombre más que adaptarse al medio lo transforma y modifica”
3.2.- la estructura social
La estructura social afectará localizaciones y diseños. Serán diferentes según se trate órdenes religiosas  o de las monarquía y la nobleza, o en régimenes concejiles,  con un orden social  mancomunado, dando lugar a diferentes tipos de construcción y de explotación ( arriendos, turnos, paradas o mareas o individuales.
3.3- las características culturales de cada pueblo
El conocimiento científico y técnico desarrollado por cada comunidad es un factor fundamental. Habría que observar aquí que la utilidad de un artificio o construcción dependerá también de la elección y adaptación al medio de forma que el descubrimiento de un tipo más arcaico no indica que esa sociedad no tuviese modelos más evolucionados. Es más: en un mismo territorio se dan casos de utilización simultánea de modelos arcaicos y otros más evolucionados elegidos según el medio en el que se instalan.


4. LOS ITINERARIOS CULTURALES

La Asociacion para la conservación de la arquitectura tradicional, desde el año 1997, viene realizando diversas actividades culturales y entre ellas  Itinerarios Culturales
Consisten estos un recorrido lineal con reconocimiento material y comparativo que se interrumpe en varias ocasiones con exposiciones donde se muestran los hallazgos cuya importancia se debate con los habitantes de cada zona.



5. EJEMPLOS DE ITINERARIOS REALIZADOS


5.1. PATRIMONIO MARÍTIMO

Molinos de mar.
PLANO MOLINOS EN EL ATLANTICO. INTERPRETACION
Las diferentes formas de utilizar la energía de las mareas
depende de
1.-factores ambientales (mareas, climatología, geomorfología)
2.-socioculturales (estructura de la propiedad , tecnología)
Exposiciones realizadas:

Exposicion de Santander,
Exposicion Gijon
Exposicion Cadiz


5.2. PATRIMONIO FLUVIAL: RIO EBRO

Características del valle y río Ebro

*Muy extenso 85.000 Km2 (1/5 de España) ,  tinerario de 450Km a lo largo del curso del Ebro
Curso largo y tendido    900 Km
*caudal importante inestable, inundaciones. Caudal máximo al año de 33.000hm3/año
*Encerrado a la influencia atlántica lo que provoca escasez de lluvias y un régimen de caudales muy irregulares

Ebro alto

Ebro medio Las Riojas, y Aragón
*En la zona de tránsito existen cercanos diapiros que propician salinas con máquinas hidráulicas como las salinas de Herrera.
*En el borde Oeste
- por encima de la cota de 600m mayor humedad bosques, carbón, lo que justifica la existencia de ferrerías incluso hornos altos como el de San Millan. En otros caso las calizas dominan esos territorios y se propician los caleros incluso conocimos algún molino de cal.
- A partir de de la cota de 600m  aparece el olivo y un como consecuencia trujales y almazaras.
- A  media ladera  los frutales
- En las zonas bajas y riberas aprarecerán los diferentes cultivos y regadíos con la aparición de importantes noriales y molinos y canales de regadío.
*En el borde Este
Son zonas de mayor soleamiento  pluviométria mínima hasta valores desérticos (la Bardenas y los Monegros). En cotas de los bordes aparecen canteras de alabastro muy estimadas.  Y en los Monegros salinas de evaporación

Exposiciones
en Reinosa, Logroño y Zaragoza(Monasterio de Rueda)



6. CONCLUSIONES
Conclusiones


1.-Condicionantes al patrimonio cultural hidráulico
Medioambientales
Culturales.
2.- Valoración de los itinerarios
- Avance en el conocimiento inter-territorial
 - Del desconocimiento generalizado a la Participación activa de los habitantes

3.- Actualidad
Definición de Paisaje :resultado de la interacción de actividades humanas (cultura) en el medio ambiente(naturaleza)
Problema
       
Divergencias ideológicas entre criterios de recuperación medioambiental hidráulico y Conservación del patrimonio cultural edificado



2.- Entrevista a Luis Azurmendi

por Guillermo Balbona. D.M.
"Un nuevo Centro de Arte debe celebrarse pero sin quebrantar un espacio de valor único"
Entrevista en torno al desarrollo del Frente Marítimo de Santander, el Centro de Arte Botín, el papel de los arquitectos en la actual situación y el paisaje como valor patrimonial.
–Supongo que a estas alturas no le costará hacer una radiografía sintética, en pocas palabras, de qué es
Santander como ciudad...
Para un visitante, esta ciudad del norte es una maravilla: situada al mediodía, con una bahía luminosa y cambiante, con un espectacular escenario montañoso al fondo, con un borde marino que puedes recorrer  en toda su longitud. Seguramente la mayoría de los ciudadanos en el interior de la ciudad, en un recorrido más cotidiano y transversal, describirán un entorno próximo menos agradable, por lo que tiene de caótico parte de la ciudad.

– ¿Cree que se han dado los primeros pasos, necesarios y decisivos, para abrir el ciclo definitivo del
Frente Marítimo?
Tengo que hablarle como técnico y no, no se han dado los pasos técnicos necesarios. Hubiese sido necesario un plan urbanístico del conjunto del Frente Marítimo. Saber donde y como situar los diferentes usos y actividades. Saber qué conservar y revalorizar o donde intervenir. Se han tomado decisiones que condicionan gran parte del desarrollo futuro del Frente Marítimo de Santander

–Recientemente en una tribuna publicada por este periódico apelaba a la necesidad de dar respuesta a la pregunta sobre qué tipo de remodelación de ciudad queremos y cómo organizar una participación pública creativa. Retomo su propio argumento. ¿Tiene una idea clara al respecto?
Una ciudad es el reflejo de su propia actividad y de su historia. Cambiarla, remodelarla, debería ser un gran pacto social donde todos se sientan reflejados en las soluciones.

– ¿Considera que existe una verdadera intención, más allá de la pose política, de abordar la ambiciosa ordenación ferroviaria santanderina?
Es inevitable la ordenación ferroviaria. Sería un poco largo de explicar pero piense en el barrio Castilla Hermida y los accesos a Santander: aquel frustrado ensanche ha dejado a 20.000 vecinos en una isla entre de tráfico de entrada y salida, sin servicios y dotaciones; entre la ciudad antigua en la parte alta y el puerto marítimo, prácticamente incomunicados, con una virtud que respetar: el ferrocarril permite acceder directamente al centro de la ciudad.

– ¿Qué falta como prioridad: debate, profesionalidad, sentido común...?
Santander tiene un nivel cultural excepcional en arte y literatura; el nivel de las profesiones de arquitectos, ingenieros es de reconocido prestigio internacional. Esto es indudable. En planificación urbanística quizás falte un mayor debate sobre los asuntos de la ciudad.

–¿Qué opinión le merece el Centro Botín como concepto de cabeza de nueva ciudad?
Un historiador de la arquitectura decía algo así como que cuanto más democrática era una sociedad menos se notaba su arquitectura. Esto vale para la insistencia en grandes arquitecturas faraónicas que hemos visto florecer últimamente. Cosa diferente es una iniciativa cultural que responde con el bagaje histórico y prestigioso de la Fundación Botín.

– ¿Se equivocó la plataforma DEBA en estrategia y objetivos?
Como técnico prefiero no comentar algo que esta en los Tribunales.

– ¿Se ha pasado de la Atenas del Norte a la Atenas de Botín?
No le entiendo muy bien la pregunta. No conozco esa polémica.

–Al margen de lo mediático y la excelencia de un
arquitecto internacional como Renzo Piano, ¿opina que lo
obligado hubiese sido un concurso de ideas?
Al ser un edificio privado no es obligado el concurso. El concurso de ideas hubiese sido deseable para un plan de conjunto del Frente Marítimo. Hubiésemos conocido otras alternativas.

– ¿El proyecto en su conjunto está viciado de antemano por la ubicación elegida?
Aparentemente lo que estaba elegido de antemano era el sitio. En la presentación del proyecto el arquitecto Renzo Piano elogió el sitio por su situación, luz, representación financiera: era un lugar mágico, decía. Pudimos responderle que, efectivamente, era un lugar mágico, receptor de paisajes, de ciudad, de luz y de historia, popular en acontecimientos náuticos, un lugar mágico y receptor pero, por eso mismo, no apto para ocuparlo con un edificio.

–Hay quien en este debate cree que en una época de profunda crisis la inversión, la iniciativa y la actuación que conlleva en el entorno, todo desde manos privadas, es una ocasión única a la que no debían ponerse obstáculos.¿Comparte esta reflexión?
Totalmente de acuerdo pero en este caso el único obstáculo es el lugar elegido: el muelle de Albareda

– ¿Cómo valora la remodelación y ampliación de los Jardines, al margen de lo que suceda con el edificio
Apenas lo he visitado un momento y requeriría más detenimiento para comentarlo.

– ¿Diría que en todo lo relativo a este proyecto la Fundación Botín ha actuado con cierta prepotencia?
La decisión de utilizar el muelle Albareda no es de la Fundación Botín. La Fundación puede proponer pero la Administración es quien decide. Yo he mantenido siempre una buena relación con las personas de la Fundación incluso he mantenido alguna actividad, por eso me resulta importante distinguir que la  Fundación es ampliamente reconocida, que un nuevo Centro de Arte debe ser celebrado, pero no en base de quebrantar un espacio de valor único. Y máxime cuando existían otras alternativas de localización.

–¿Como profesional a qué atribuye la demora en las obras el Centro Botín?
Pues no lo se. Habrá motivos, pero las posibles complicaciones técnicas estarán resueltas dada la capacidad profesional del arquitecto Renzo Piano.

– ¿Cree que el Centro Botín cambiará la vida cotidiana de los santanderinos?
Creo recordar que Renzo Piano, en alguna presentación, supongo que con cariñoso mensaje, refirió que “con este edificio los santanderinos serán algo más felices”

– ¿Qué le parece el llamado anillo cultural?
Muy bien, una buena idea pero no conozco las propuestas para el edificio Banco de España y Correos. No puedo opinar.

– ¿Cuáles son las deficiencias, a priori, de lo planteado hasta ahora para el Frente Marítimo, Plan Maestro y Plan Especial del Puerto?
Tenía que haberse realizado un plan urbanístico de todo el conjunto. El plan Maestro no lo es. El Plan del Puerto, que se realizó hace casi 15 años, se ha maquillado solo en el muelle Albareda. Se necesita un plan urbanístico ilusionante y participativo donde el ciudadano se sienta seguro del destino de su ciudad.

–La crisis está dejando un reguero de cadáveres en muchas profesiones y sectores, de la ‘emigración’ de la investigación a la falta de oportunidades para ejercer
mínimamente algunos trabajos. ¿Cómo afecta a los arquitectos?
Mucho. Es un tema bien conocido. Creo que el trabajo se ha reducido el 70% del que había hace unos años

–¿Existe la cultura arquitectónica?
Buena pregunta. Viene bien para explicar la actual situación de la arquitectura y de los arquitectos y de posibles intrusiones profesionales: para hacer arquitectura no es suficiente saber construir estructuras. La arquitectura se introduce en un tejido urbano o territorial con un sedimento histórico y social. Es de una gran responsabilidad. Hacerlo requiere la destreza que proporciona una disciplina que requiere años de aprendizaje. Es decir unos estudios de arquitectura con un título que llamamos “arquitecto”.
Las barbaridades realizadas y tanto arquitecto estrella han desvirtuado una arquitectura más amable y culta que nunca debimos abandonar. No, no basta con saber construir estructuras. Hay que conocer los diferentes episodios de la historia urbana y territorial. Y conocer las respuestas adecuadas. Existe una cultura arquitectónica que debemos reivindicar.
Aprovecho la pregunta si me lo permite: la arquitectura tradicional o popular de Cantabria es excepcional y uno de sus mejores valores culturales, sin embargo, Cantabria no participa ni en la elaboración ni en el seguimiento del Plan Nacional de Arquitectura que venimos realizando.

–En Santander, al menos da la sensación de que la crítica, el debate y la implicación ciudadana se produce ‘sotto voce’ o en privado. ¿Ve posible un cambio de conciencia?
Santander es una ciudad de un potencial cultural enorme, de hecho se dan cantidad de exposiciones, privadas y publicas, librerías con una enorme dinámica; muchos artistas, escritores, y cineastas del momento son de Cantabria. Por lo que conozco el asociacionismo también tiene una dinámica importante y yo creo que eso es bueno para la ciudad.

–Ha propuesto en ocasiones mirar hacia las ciudades vecinas del Arco Atlántico, ¿Qué pasos cree que deberían darse en este sentido?
Hay muchas razones para conectar con el “eje atlántico”. De hecho Santander ya pertenece a varias organizaciones atlánticas. Las propuestas que he podido tratar son de tipo urbanístico (frentes marítimos o fluviales como Burdeos o Nantes) y culturales (Itinerarios del Consejo de Europa )

– ¿Cuál diría que es la marca Santander?
El frente Marítimo: Bahía y Paisaje. De ahí la crítica a los edificios que se están construyendo al borde del mar.

– ¿Se imagina el paisaje del Santander del futuro?
Con lo ya comentado a mi me resulta difícil. Pero los problemas a solucionar son claros. Sería largo de tratar.

– ¿Hemos salido de la arquitectura del megaespectáculo y lo megalómano para entrar en un vale todo?
Ojala volvamos a lo más cotidiano, discreto y personalizado. Los directores de los grandes museos, por ejemplo, han entendido ya que las megaexposiciones, con colas masivas, serán perjudiciales a corto plazo. El Centro de Arte Reina Sofía, con nuevos criterios, ha superado ya a todos los demás museos en participación y visitas.

–Da la sensación de que Santander es incapaz de despojarse del perfume ‘pose decimonónica’
, y el ‘aquí no pasa nada’.....
Puede ser pero yo no he percibido en el entorno que he conocido semejante “pose”.

– La ferrería de Cades, Santa Olaja....aunque sea de forma puntual, ¿las actuaciones en el patrimonio son más destacadas y coherentes que los planes urbanísticos a largo plazo?
Los planes a largo plazo son necesarios y son mecanismos técnicos muy diferentes a las actuaciones puntuales. Siempre es más gratificante ver resultados a corto plazo. Pero, a veces, no resulta así. La restauración de la ferrería de Cades, por ejemplo, entre tantas interrupciones, ha durado 24 años. Y no tengo claro que este acabada. Ni si es bueno que este completamente “acabada”

–¿Cuántos «pecados» arquitectónicos se cometen por
ignorancia?
Muchos y de todo tipo.

–Lo pregunto a cualquiera que tiene conciencia y responsabilidad de habitar, ¿qué nos enseña el paisaje?
Acaba de finalizar en los encuentros de Esles el homenaje a Julio Caro Baroja. Allí he tenido oportunidad de exponer el significado de la relación de patrimonio y paisaje. Lo que vine a decir es que arquitectura y paisaje son, en general, hechos no permanentes, cambiantes, donde el medioambiente y las condiciones culturales modelan el territorio y el patrimonio. Julio Caro Baroja trató con profundidad estos temas.
Aprovecho para decir que fue en Cantabria donde se celebraron las primeras reuniones de lo que sería la Institución Libre de Enseñanza; donde ciencia, técnica y cultura se entremezcló con el “paisaje”. También pensadores como Ortega o el propio J. Caro Baroja, desde la antropología, tratarían durante años sobre la tradición y las organizaciones territoriales.

-¿Dónde sitúa al enemigo del patrimonio regional?
El desconocimiento. Ya es hora de que en esta tierra se haga un trabajo en condiciones sobre el patrimonio arquitectónico tradicional. Ninguna región puede tener semejante patrimonio heredado y asimilado de la cultura renacentista. Quienes participaron en la diáspora de El Escorial, a su regreso, construyeron aquí, en su tierra, un formidable legado arquitectónico.


Luis Azurmendi
Arquitecto



2.-Los arquitectos y el frente marítimo de Santander
Luis Azurmendi
Arquitecto Urbanista

El desarrollo urbano que está proponiéndose  para Santander es el más ambicioso de la época contemporánea de la ciudad. Se anuncian grandes operaciones urbanas como una importante remodelación del frente marítimo,que es el mejor patrimonio de esta ciudad;  se propone una ordenación y ampliación del puerto comercial que afectará al conjunto de la Bahía y a la economía de la región y, finalmente, una ordenación ferroviaria con una de las estaciones intermodales más interesantes de las ciudades de su entorno.

Pero en este proceso se da una grave circunstancia que hay que señalar: salvo los arquitectos estrella, que rematan el final de esta sorprendente operación para una época de crisis, a los arquitectos, en general, se nos está apartando de participar como profesionales de la ordenación urbana y ello a pesar de que la ciudad es una de las claves de la razón de ser de nuestra profesión. No hemos sido convocados a participar en ninguno de los proyectos puestos en marcha y no ha habido ni un solo concurso de arquitectura o urbanismo donde aportar ideas para el desarrollo de la ciudad, solo conocemos algunos contratos de la administración realizados sin publicidad.

Este desplazamiento, marginación diríamos, de nuestra profesión puede  acarrear consecuencias negativas para el futuro de la ciudad.

Se puede entender nuestra ausencia como propio desinterés en intervenir. Nuestra imagen ante la sociedad quedaría deteriorada. Y no es así.  Para evitarlo hay que visualizar nuestras actitudes ante los nuevos planes, que la gente vea que no solo tenemos interés, sino que buscamos activamente soluciones a los problemas y a la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. No importa que nuestras ideas puedan ser contradictorias, lo importante es que se vea un debate vivo, heterogéneo, que se vea que hay interés, que hay soluciones donde elegir.

No menor problema es el  que pueden heredar  las nuevas generaciones de arquitectos de generalizarse esta obligada atonía profesional. Tenemos una responsabilidad que no podemos ignorar: no somos los únicos perjudicados en la actual crisis económica. La última generación de arquitectos ve perpleja como, mientras ellos tienen que ir a ejercer su profesión a otros países,  aquí, en su ciudad, se anuncian grandes proyectos urbanísticos y arquitectónicos con cierto desparpajo. Y no pueden optar a ningún tipo de oportunidad en medio de un silencio cómplice y conformista.

Además, el resultado de cuanto se ha hecho en el Frente Marítimo, hasta ahora al menos, como el Plan Maestro y Plan Especial del Puerto, son propuestas de una deficiencia técnica más que notoria: No ha habido ni método para poder definir los problemas de la ciudad de Santander, ni  criterios de intervención, ni  objetivos y tampoco una participación en las posibles soluciones. Se está contemplando un frente marítimo de forma fragmentada, lleno de “retales” incoherentes, perdiendo de vista que Santander es una ciudad ya abierta al mar. Hay que proteger esa apertura, es un borde marítimo único en el mundo y donde, paradójicamente, se propone ahora ocuparlo con nuevas edificaciones oportunistas, en suelos ya consolidados, amortizados por los ciudadanos en la historia de su ciudad que fué transformando los puertos en muelles y éstos en paseos ciudadanos, en paseos marítimos, no edificados y en una centralidad bien ganada a la ciudad.

Infografía del proyecto Centro Botín del arquitecto Renzo Piano realizada por el equipo del también arquitecto Angel García Jalón
ver trabajo infográfico y crítico pulsando AQUI
Los arquitectos debemos intervenir en la ciudad porque aún lo demanda la propia sociedad, por la calidad urbana y respeto patrimonial, por la incorporación de los jóvenes a una de las profesiones más afortunadas del conocimiento y la creación y porque además, y es lo más grave, lo que se esta haciendo no esta bien y se prevé un desenlace desafortunado.

Aún estamos a tiempo. Hay que llamar la atención de los ciudadanos y de nuestras autoridades. En el desarrollo de nuestra ciudad no podemos ser neutrales.

 Hay que generar alternativas a las proposiciones existentes; hay que abrir la línea de concursos públicos, a las nuevas ideas, a la imaginación acumulada en las escuelas y a la experiencia de los grandes maestros de la arquitectura. Hay que publicitar el valor de la cultura arquitectónica, del significado del patrimonio histórico de la ciudad  y no solo la arquitectura de las estrellas que, en el fondo, están ocultando la profundidad del problema de una profesión.

Para empezar por algo concreto, demos impulso a un nuevo movimiento que se relacione con los ciudadanos, con las ciudades portuarias vecinas del Arco Atlántico, cuya próxima Asamblea, por cierto, se celebrará en Santander. ¿Qué presentaremos entonces al resto de las ciudades marítimas? ¿Este mediocre plan que solo está obsesionado en ocupar al limite su borde marítimo? Hay que proponer y dar respuesta a la pregunta de qué tipo remodelación de ciudad queremos y cómo organizar una participación pública creativa y participativa. Si buscamos iconos y referencias internacionales en nuestra ciudad necesitaremos un debate abierto, lejos de la neutralidad y el silencio, que al final consiga la fuerza que da la unanimidad social para alcanzar los objetivos propuestos.

Lo demás acabará en la mediocridad de la ignorancia o, lo que es peor, en la imposición en medio de una pasividad total.

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3.Historia de la fachada de Madrid y el proyecto Madrid-Río
por 
Luis Azurmendi
Mª Angeles Gómez Carballo
arquitectos

El Manzanares y la fachada de Madrid de Anton Van den Wyngaerde (s.XVI)

Primera parte:
        La fachada del río Manzanares como paisaje.- Capitalidad y territorio.- El "siglo de las luces". 
Segunda parte
       Albores de siglo XX.- El Manzanares: la épica de la tragedia.- El Desarrollismo. 
Tercera parte:
       Madrid Río: luces y sombras.


Primera parte
La fachada del Manzanares como paisaje.

La silueta de Madrid en la cornisa del valle del río Manzanares permaneció en la memoria colectiva a través de los testimonios de artistas que inicialmente, en el siglo XVI, recorren las ciudades europeas testimoniando con exactitud sus perfiles en mapas encargados por las diferentes monarquías. En el siglo XVII y XVIII las pinturas costumbristas, de las fiestas populares, de las tragedias y los desastres serán inmortalizados, entre otros, por las pinturas de Goya. Fue, pues, en el Arte donde se percibió inicialmente el paisaje de la fachada de Madrid como un valor estético. Más adelante los viajeros “costumbristas” y los pintores impresionistas aportarán un importante legado de obras de la fachada del Manzanares.

Estos paisajes iniciales se transformarán por la lógica de las intervenciones urbanas y territoriales a través de la arquitectura y la ingeniería que a su vez nos dejan un importante legado proyectual y de realidades construidas. Cada época nos muestra una iconografía determinada del paisaje, formas de ver y presentar el paisaje desde una determinada ideología; pero una lectura más atenta puede descubrirnos que existen superposiciones ocultas, influencias y copias arrebatadas entre las épocas más antagónicos de la historia.


El Manzanares en la pintura de F. Goya


 

Capitalidad y territorio de Madrid


Alcanzar la capitalidad del Estado no fue mérito de la pequeña ciudad de Magerit. No lo fue por su orografía, ni por su arquitectura, tampoco por las ventajas defensivas de la cornisa del Manzanares y del viejo alcázar y, menos aún, por su río, uno de los más menguados de las ciudades españolas. Es más: la orografía es complicada en ese tránsito de la madrileña sierra granítica a las llanuras manchegas de arcillas y tórridos yesos.

No, la capitalidad fue una decisión política para organizar un estado en base a la idea de centralidad territorial. No fue solo la villa de Madrid el lugar donde fijar la capitalidad sino que se utilizó un ámbito mayor que su propio alfoz: El Escorial, Aranjuez, Segovia y Toledo.

Y esta idea tuvo sus consecuencias: al crecimiento poblacional de Madrid no le acompañó una nueva estructura urbana, ni de comunicaciones, ni de alojamiento. El desabastecimiento fue general y la escasez de alojamientos transformó la paupérrima edificación existente en las llamadas “casas de malicia”. La villa de Madrid se convirtió en una aglomeración urbana empobrecida, que arrastraría sus problemas hasta bien entrada la edad contemporánea.

No fue Madrid quien recibió el impulso propio de la capitalidad: la creación arquitectónica, artística y urbanística se dirigió hacia fuera de la ciudad. Fue en El Escorial donde se realizó el mayor esfuerzo: los más afamados arquitectos, ingenieros, artistas, canteros y artífices de toda Europa derrocharon sus cualidades allí. En Madrid apenas nada. No fue Felipe II quien engalanó Madrid de las mejores arquitecturas, salvo algunas obras como la remodelación del Alcázar, el Puente de Segovia y la primitiva Casa de La Panadería. Madrid se adornaría dos siglos más tarde.


El siglo de las luces

Así fue. Los siglos XVII y XVIII supusieron para Madrid la construcción de una verdadera arquitectura capitalina que quedará significada por su silueta en la cornisa del Manzanares: el nuevo Palacio Real, obra de Juvara y de Sachetti, que sustituye al Alcázar de los Austrias y San Francisco el Grande, obra de Sabatini, se alzarán y recortaran sobre los azules del cielo madrileño que ya inmortalizó Velazquez. En las riberas se construirían el nuevo puente de Toledo y la ermita Virgen del Puerto, obras de Pedro de Ribera, ó San Antonio de la Florida de Francisco Fontana.
Pero la ciudad necesitaba apoyarse en el río, al modo de las principales capitales europeas. Un río que fuese, además de lugar de actividades populares, como los molinos y lavaderos, importante vía de comunicación fluvial. Se proyectó unir la capital y Toledo y, desde allí, hasta salida al mar en Lisboa. Viejo proyecto éste del ingeniero Antonelli (1581) de hacer navegable el Tajo, idea que se repetiría a lo largo del tiempo: Cronografía del río Tajo de L. Carduchi (1641), el Canal del Manzanares de Martitengo (1770) y el realizado por el arquitecto Juan de Villanueva (1794) y el concurso para la urbanización del río Manzanares (1909) y la réplica extravagante de puerto fluvial de Madrid de F. Mora.

Con el desarrollo del proyecto del Canal del Manzanares de Martitengo se construyeron nuevos puentes, se aumentaron sus cauces, se construyeron muelles y embarcaderos, exclusas, molinos y nuevos regadíos en el territorio sur de la capital hasta llegar a Aranjuez. Obra efímera como casi todas nuestras comunicaciones fluviales emprendidas en una geografía adversa como la peninsular y que no pudo competir con un nuevo sistema de comunicaciones: el ferrocarril.

El trazado del Canal del Manzanares. En el centro, Aranjuez.





Los albores del siglo XX

Ilustración para el Diccionario Geográfico de Madoz.

Agotada la gran operación inmobiliaria, que será la expansión de Madrid con los “ensanches” del siglo XIX, la ciudad se ve inmersa en una nueva necesidad de expansión del extrarradio y una reforma del centro histórico.

En el viejo tejido urbano queda abierta la Gran Vía (1899) con proyecto de trazado de J.L. Salaberryrevalorización inmobiliaria de los solares afectados. Jalonando sus bordes surge una nueva arquitectura que irrumpe con fuerza en la silueta de Madrid: estilos pseudoclásicos y regionales en cuya coronación se alzan alegorías tratando de equilibrar el desánimo por unas colonias que se perdieron. En el primer tercio del siglo XX otros edificios denotan la influencia americana como el edificio Telefónica o la del Movimiento Moderno con el afilado edificio Capitol. También se construye el viaducto de Segovia, importante obra de ingeniería de F. J. Ferrero, que será un acertado zócalo a la arquitectura madrileña en el paisaje de la cornisa del Manzanares.



Los “planes de extensión” de la ciudad abrirán un debate ideológico en Europa que afectará también  a la fachada de Madrid: poner limites al crecimiento de la ciudad y la concepción unitaria del territorio, abrirán las teorías de los “anillos verdes” y las “cuñas de penetración” en torno a la ciudad histórica. Y será el valle del Manzanares ese primer anillo verde que en Madrid proyectará el arquitecto Fernandez Balbuena y que, a partir de entonces, será utilizado por los diferentes planes de urbanismo de la ciudad, incluso en momentos históricos antagónicos. Habría que recordar los grandes trabajos realizados en el Ayuntamiento como el “informe sobre la ciudad” del año 1929 el concurso del Plan de Extensión, promocionado por Besteiro ya en el precipicio de los trágicos acontecimientos de la guerra civil que convirtieron el frente del Manzanares en un territorio trágico y desolado.
Plan general de extensión. 1931



La postguerra: épica urbana de una tragedia.

Terminado el asedio de Madrid, en la última guerra civil, siendo Alcocer su primer alcalde, se redactó el Plan de Ordenación Urbana (1941-1946), donde aparecía una singular propuesta: recuperar la silueta de ciudad imperial del Madrid de los Austrias del siglo XVI en la cornisa del Manzanares. Este retroceso en el tiempo era un soporte simbólico al vacío histórico sobre el que se asentaba el llamado “Nuevo Orden” de los regímenes fascistas. Así, en los altos de la Moncloa, se construyeron los edificios con estilo “herreriano”, inundados de torres y fachadas de granito y pizarra. En el solar de la antigua cárcel se levantó el Ministerio del Aire diseñado por Gutiérrez Soto, el Arco de Triunfo de M. Herrero y el Monumento a los Caídos de M. Lopez Otero y se proyectaron los otros edificios representativos del Estado como la Casa del Partido en el solar del Cuartel de La Montaña. El propio río se engalanó con presas y similares torrecillas herrerianas en sus riberas. Se proyectó también una gran avenida para las paradas militares conmemorativas que se celebrarían frente a la fachada del Manzanares, reflejada en un gran lago, bajo el “épico” cerro de Garabitas, centro de mando del asedio.


Plan General de Madrid 1941-1946. Fachada del Manzanares


Habría que decir que aquel plan urbanístico escondía paradójicamente, con discreto discurso, bajo el ropaje propagandístico ambiental de laureles y águilas imperiales, una sorpresa mal disimulada como eran los trazados urbanos de las propuestas de Zuazo en tiempos de la II Republica. Su autor, el arquitecto Pedro Bidagor, había sido su colaborador antes de la guerra y ahora era el responsable del desarrollo urbano de Madrid.



Plan General de Madrid 


Es entonces cuando se acomete, de nuevo, la Canalización del Manzanares y urbanización de sus márgenes, lejano antecedente del reciente proyecto de “Madrid Río”. Su autor, Carlos Mendoza, ya intervino en el concurso de proyectos de 1909 con un proyecto que ahora se engalanaría también con el ropaje propagandístico de la arquitectura "neoherreriana". Llama la atención este “traslado” de proyectos originados antes del conflicto bélico, incluso bajo la República, a una situación histórica antagónica como la de postguerra.


Imágenes del Proyecto de Canalización


La reconstrucción de la fachada del Manzanares, devastada por los bombardeos del asedio, iría dibujando pieza a pieza, torre a torre, la imagen más representativa de Madrid apoyada en el friso residencial del Paseo de Rosales, en la Ciudad Universitaria y en el Viaducto de Segovia. Se continúan las obras de La Catedral de La Almudena en 1944 por Chueca Goitia y las torres herrerianas vuelven a sobresalir en la silueta del Madrid antiguo con las restauraciones del Palacio de Justicia por Javier Barroso y del de Santa Cruz de Pedro Muguruza.





Junto a la apertura de la plaza de España se erigió el “rascacielos” por Joaquín y Julián Otamendi pertenecientes a aquella primera oligarquía financiera vasca, promotores de la Cia Urbanizadora Metropolitana, que se introdujo en Madrid en años anteriores: a partir de 1919 realizaron la mayor operación inmobiliaria de la época construyendo el “metro” y conectando el centro de Madrid con la urbanización Reina Victoria y con el edificio Titanic como “buque insignia” de la Cia Urbanizadora.



Madrid Río



 Plano- folleto distribuido por el Ayuntamiento de Madrid

Hoy Madrid recupera aquellos espacios de las riberas del Manzanares librándose del acoso del trepidante tráfico de la M-30. Ahora se han finalizado dos proyectos de gran envergadura: “Calle 30”, que es la operación de soterramiento de la M-30, y, sobre ella, el proyecto “Madrid Río” con el diseño y ejecución del nuevo paisaje urbano del valle del Manzanares.

Los planes de urbanismo han ido respondiendo a diferentes momentos históricos de la ciudad que tuvieron su reflejo en la forma de la silueta de la fachada de Madrid: el Medievo y las murallas, los derribos de éstas con los “Ensanches” promovidos por una nueva burguesía, las “reformas interiores”, los “planes de extensión”, los de “ saneamiento”, hasta llegar a la concepción más moderna del tratamiento unitario de la ciudad y el campo, del territorio en general, con los Planes Regionales.

¿Pero qué significa para la ciudad de hoy el recientemente inaugurado Madrid Río?. Un análisis de toda la intervención resultaría pretencioso desde la perspectiva de este breve artículo. Repasando la trayectoria de estas obras, en su conjunto, habría que decir que su ejecución arroja luces y sombras.


Nuestras ciudades han crecido desmesuradamente, al margen generalmente de los planes urbanísticos, que se sucedían en una continua justificación desde los nuevos hacia sus predecesores; las actividades y recursos se instalaban allí donde la generación de plusvalías era mayor, los desequilibrios entre residencia y trabajo producían intensos tráficos que la ciudad no puede absorber y se violentan patrimonio edificado y espacios naturales en medio de un derroche energético, sobre todo en el tráfico rodado, que parecía inagotable.

Las ciudades hoy, tras el antagonismo ciudad-campo que provocó aquellos crecimientos desmesurados de nuestras metrópolis, se enfrentan a los problemas heredados como la calidad de vida, el medio ambiente, la crisis energética, la reconversión industrial y, en el límite, el desplome del sistema financiero. Es una ciudad en deuda, deficitaria, y de ahí, seguramente, aparece la necesidad del crecimiento sostenible y de las energías alternativas para un futuro de las ciudades y un reparto más justo de las cargas lejos del criterio de socializar las pérdidas.

Debemos añadir el excesivo endeudamiento que han supuesto estas obras al Municipio en una época de crisis económica como la actual y que, como se critica desde diferentes sectores, “hipoteca” la capacidad de financiación del Ayuntamiento de Madrid.

Esta operación estimula, además, un incremento del tráfico privado, por aumento de la capacidad de las vías soterradas, cuyas consecuencias se trasladarán a otras áreas que, previsiblemente, sufrirán un mayor deterioro urbano difícil de amortiguar dada la situación económica actual.

Así pues desde la perspectiva expuesta sobre las ciudades de crecimiento sostenible económicamente equilibradas, energéticamente liberadas de recursos contaminantes, parece que este proyecto responde a un modelo excesivamente tolerante con sus predecesores aunque a nivel superficial invierte drásticamente aquellas tendencias.

Se invierte aquella tendencia por el hecho de que desaparece el tráfico rodado en el nivel superficial lo que va a permitir una “sutura” transversal de la fractura que existía entre la zona Oeste y el centro de la ciudad. También se consigue fluidez y continuidad longitudinal a lo largo de las riberas del río atravesando toda la ciudad y enlazando las zonas forestales de El Pardo y Casa de Campo con el desarrollo sur del Parque del Manzanares.

En cuanto a los criterios de diseño nos parecen acertados los tratamientos de los puentes clásicos y el respeto a las obras hidráulicas que existían en cada una de las épocas. El diseño y los materiales elegidos para pavimentos y elementos de menor escala han sido cuidadosamente seleccionados. Y mención especial debe de tener el acertado diseño utilizado en la restauración del complejo “Matadero” que tiene vocación de convertirse en uno de los centros culturales más importantes del país.

Los trazados en torno a los puentes del XVI y XVII son muy respetuosos con su caracter monumental
Nos plantea alguna duda el hecho de que, en algunas zonas, los niveles de los márgenes del río son superiores a las construcciones existentes, “la fachada del río”, quedando parcialmente ocultos edificios tan icónicos como el propio Matadero. Sobre otros elementos de los diseños no nos queremos extender en esta ocasión.

Los muros de soterramiento ocultan edificios emblemáticos
Otro aspecto ha sido la gestión irregular del procedimiento administrativo porque se debieron valorar las consecuencias de las obras en los temas ambientales y culturales, las cuales se adivinan ahora de dudoso futuro con la última sentencia de de los Tribunales y en la crítica de diversos colectivos ciudadanos

Pero, según nuestro criterio, recuperar las riberas significa también obtener un espacio de contemplación paisajística de la ciudad clásica. Esa silueta de la cornisa del Manzanares, que hemos tratado de esbozar en estos comentarios, es la memoria, el testimonio del desarrollo de la ciudad que queda ahora al descubierto a la contemplación. Una historia urbana que estaba oculta tras un desarrollismo exagerado.

Se recupera la contemplación de la silueta de la ciudad
Paisaje abierto que devuelve al ciudadano su propia identidad, un paisaje donde puede reconocerse en su historia. Lo han tenido otras ciudades con riberas de mayor envergadura recuperando sus frentes marítimos o fluviales, como Londres, Bilbao, Sevilla o Barcelona, pero Madrid lo perdió en su crecimiento desorbitado.

Y esa percepción del Madrid histórico se le devuelve ahora al ciudadano. Esperemos que el tributo futuro a pagar por ello podamos superarlo.



Luis Azurmendi Pérez
Mª Ángeles Gómez Carballo
Arquitectos urbanistas.

Autores de 

Río Manzanares. Espasa Calpe.1979
Arquitectura para después de una guerra.
                     Museo de Arte Contemporáneo de Madrid. 
                     Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña y Baleares
Teoría y practica del planeamiento urbano de Madrid. Revista del Colegio Oficial de Arquitectos Técnicos
Orden y desorden en el Planeamiento de Madrid. Ayuntamiento de Madrid.
Madrid no construido. Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid.
Otras referencias:
Balbuena expuso sus ideas sobre el Manzanares  en el Congreso de Municipios de 1925.
Ver también:
Carlos Sambricio: "Las promesas de un rostro"

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